Una opción para el 24 y el 31 ¡al mediodía! Sí, porque también se come y no tenemos por qué sufrir viendo los intocables manjares enfriándose. Por favor no ayunen para reventarse a la noche, es lo menos saludable que hay.
Es una buena idea también para los almuerzos del 25 o el 1 o para llevar si nos invitan a una casa.
Las ensaladas de pasta son uno de mis platos de verano más consumidos, a la vez que permiten utilizar pasta cocida que nos quedó de alguna receta anterior.
Anoten estos lambertips para armar una “pasta salad”:
La pasta:
Preferir la corta, que es más fácil de comer. Si no les sobró de otra receta cocinar como indica el paquete, colar y cortar cocción en agua fría con hielo. Colar bien.
Las verduras:
Crudas y cocidas. Asadas o a la plancha (cebolla, puerro, zuchini, berenjena, pimientos, etc.).
Luego de condimentar la ensalada me gusta terminar con hojas frescas (rúcula, berro, radicheta), o hierbas (perejil, cilantro, albahaca, menta, eneldo).
Proteínas:
Quesos, atún, frutas secas, legumbres, semillas (no todo junto).
Aderezo:
Depende de la composición.
Una clásica con vegetales asados, rúcula, semillas de girasol tostadas, escamas de parmesano va bien con una de aceto balsámico, oliva, mostaza y miel.
Si vamos por el atún o la trucha mejor el limón. Las variantes son infinitas.
Si bien se trata de una pasta fría no es tan rica helada (recién sacada de la heladera). Ideal, a temperatura ambiente. Siempre es mejor tener todo listo separado y armarla antes de servir. Una vez ensamblada dura apenas un día.
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